Managua, 20 de febrero del 2015
Contra la impunidad de los crímenes contra periodistas y el secretismo oficial, PEN promueve la unidad de los escritores en América Central.
Esta
semana celebramos una Cumbre del PEN en las Américas, empezando por
una misión de PEN a Honduras para celebrar la fundación de un nuevo
centro PEN en el país y acabando en una reunión de los centros PEN de
toda América del 21 al 23 de febrero en Ciudad de México.
Entre
ambos eventos, estos días los tres centros de América Central -PEN de
Guatemala, Honduras y Nicaragua- así como el centro PEN de Estados
Unidos y de Canadá, han participado en 11 Festival de Poesía de Granada y
se han reunido luego en Managua en dos jornadas de reflexión con el
objetivo de definir una estrategia para promover la libertad de
expresión en América Central. Este equilibrio entre poesía y compromiso
por la libertad, entre creatividad y resistencia, forma parte del alma
de PEN, cuyos centros acogen a autores de todos los géneros, desde
poetas y novelistas hasta ensayistas, editores, periodistas o blogueros.
Los centros de PEN defienden de la palabra libre mediante actividades
literarias, debates, campañas, proyectos de educación y presencia como
sociedad civil en los debates de cada país.
El ciclo Corrupción-Violencia-Impunidad
El
establecimiento de PEN en Honduras es una respuesta de los escritores
al inaudito récord de crímenes contra periodistas y de impunidad en ese
país. Los delegados de los centros de PEN en América Central han
constatado estos días la existencia de un ciclo infernal de
corrupción-violencia-impunidad de los crímenes contra escritores. Dicho
ciclo se estructura a través de un uso directo de la violencia contra
periodistas. Pero existe también, en una perspectiva más administrativa,
cuando los gobiernos transforman ese ciclo en leyes de control de
medios-desregulación-propiedad de los medios, que implican un control
indirecto pero eficaz del trabajo de los profesionales de la
comunicación.
Existe un vínculo directo entre la pérdida
de libertades democráticas y los altos niveles de corrupción provocados
por el crímen organizado. Los medios de comunicación que denuncian la
intolerancia y la corrupción son reprimidos, en un rango que va desde la
descalificación de la profesión periodística por parte de los poderes
públicos, el uso de la difamación criminal para silenciar voces
críticas, las amenazas de pérdida del trabajo o de violencia contra el
profesional o su familia, hasta los casos extremos de asesinatos de
periodistas. Estas formas de represión son las causantes de unos altos
niveles de autocensura entre los profesionales.
El
derecho al acceso a la información es un derecho de todos los
ciudadanos. El secretismo por parte de los gobiernos y la represión de
la libertad de informar reducen el espacio público. El trabajo de
periodistas, comunicadores y escritores abre un ámbito de diálogo
imprescindible para todas las voces de la sociedad.
La
vigilancia masiva en internet ejercida por los gobiernos de Estados
Unidos y Canadá ha provocado una oleada de autocensura por parte de los
escritores de estos países, difuminando la frontera que diferenciaba los
países represores de la libertad de expresión y las democracias
avanzadas. PEN estará vigilante frente a dichas prácticas en América
Central.
En este contexto, los centros de PEN de América Central y Norteamérica han acordado:
-Promover
la unidad de los escritores, desde novelistas hasta periodistas, frente
a formas de represión que tienden a dividir el colectivo.
-Abrir espacios de libertad de palabra mediante actividades literarias, debates, campañas, premios y proyectos de educación.
-Extender
al conjunto de América Central las actividades de PEN Internacional y
promover la coordinación regional centroamericana así como la
cooperación con el resto de centros PEN de las Américas.
Todo ello con el fin de:
-Combatir la impunidad de los crímenes contra periodistas.
-Contra el secretismo, reclamar el derecho al acceso a la información
-Denunciar
el uso por parte de los gobiernos de la región de la publicidad oficial
y los permisos de frecuencia como formas de premio y castigo a medios
de comunicación.
-Combatir la vigilancia masiva en internet por parte de los gobiernos de Norteamérica y América Central.
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