lunes, 6 de abril de 2009

Entrevista al presidente del Centro Pen Guatemala

Sociedad y cultura

José Barrera
Carlos René García Escobar es un polígrafo que desde hace años venía luchando por la creación del PEN en nuestro país. Hablar con quienes dirigen asociaciones dedicadas a defender derechos básicos y fundamentales es importante en nuestro medio donde la arbitrariedad, la impunidad y el manoseo de la ley son constantes del diario vivir. Pero el PEN es algo más, es un espacio de convivencia intelectual y artística. Escuchemos entonces  lo que se nos tiene que decir.
1.Aunque parezca mentira en nuestro medio mucha gente ignora qué es el PEN Internacional, o bien tiene una noción muy vaga al respecto. ¿Podrías explicarnos qué es el PEN y cuál es su función?
Si, bien, en Guatemala generalmente se ignora qué es el PEN Internacional, sobre todo por los periodistas culturales del medio. Únicamente algunos, y estos son los escritores de mediana edad o ya de la tercera, los que recuerdan que siempre hubo un “PEN Club” de escritores ya que quienes le dieron fama en nuestro medio fueron los escritores del dicho “PEN Club” europeos y norteamericanos, precisamente porque fueron los medios norteamericanos y europeos los que los resaltaban cada vez que una obra famosa se daba a luz o se daba un escándalo, casi siempre relacionado con los affairs que la guerra fría provocaba.  La prensa local publicaba estas cosas por inercia, digamos. De ahí que actualmente los escritores guatemaltecos de esas edades todavía se refieren a nosotros como “los del PEN Club”.
1.¿Qué significa el PEN para el ambiente Guatemalteco, cómo se ha insertado en nuestro medio, qué acogida ha tenido y qué logros tiene ya en su haber?
Una vez hubo un interés por fundar el “PEN club guatemalteco” por allá por los años ochenta (finales) cuando Arturo Arias me escribió para que yo lo hiciera. Las suspicacias propias del ambiente guerrerista de entonces impidieron el proceso y se olvidó. Con el tiempo, resultó que los nicaragüenses ya tenían su “Centro PEN” y un escritor guatemalteco, haciendo su vida en ese país y a la sazón presidente del mismo, dispuso que en Guatemala debía haber el correspondiente. Me refiero a Franz Galich. En Noviembre del año 2003 me contactó y haciendo las conexiones necesarias con la embajada del Canadá en Guatemala y con el Centro PEN canadiense de Quebec cuyo presidente era Emil Martel, me financiaron el viaje a México en donde se celebraba para entonces la reunión No. 69 del PEN Internacional. Allí nos contactamos con Emil Martel, Gloria Guardia, presidenta del Fondo Iberoamericano del  PEN Internacional, las presidentas de los PEN colombiano y mexicano, Cecilia Balcárcel y María Elena Ruiz Cruz y del nicaragüense Erick Aguirre y me encargaron ofreciéndome su apoyo, más técnico y moral que económico, que a mi regreso procediera a la fundación de un centro PEN guatemalteco, el cual, según su criterio se hacía necesario en un país con tanta y relevante tradición literaria como el nuestro. (Franz Galich no estaba equivocado). De modo que procedí según este cometido y comencé el proceso de convencimiento con mis colegas. En el año siguiente, 2004, se fue consolidando la idea y el propósito hasta que en el año 2005 en febrero, lo fundamos con una buena cantidad de voluntariosos (alrededor de cuarenta), después de que fuimos aceptados el 6 de septiembre del 2004 en la reunión anual No. 71 del PEN Internacional.
Tengo la sensación de que la gente, los escritores por supuesto, sí saben de qué se trata cuando hablamos del Centro PEN Guatemala, y repito, no así los periodistas culturales porque estos son en su mayoría jóvenes egresados como tales, sin vivencia alguna del mundo de la literatura a nivel nacional, menos al nivel internacional, a no ser lo que los medios internacionales han difundido con las características arriba dichas.
También debo recalcar que, luego de la experiencia de diez años que tuvimos en la Comunidad de Escritores de Guatemala por la cual esta es ahora un cadáver de alguna grata recordación, los escritores y escritoras de fama nacional, ven con cierta displicencia la presencia de una nueva organización de escritores, como el PEN, a la cual se resisten a pertenecer hasta que esta organización logre una presencia fundamental como para pertenecer a ella. (sabiendo todos ellos y todas ellas lo importante que es ser integrantes de una organización que siendo guatemalteca representa los intereses de toda una organización mundial de escritores. En este sentido predomina un gusto implícito por el individualismo propio de una intelectualidad así formada por el mismo proceso histórico que nos atañe en una sociedad de orígenes coloniales y conservadores). A su vez, lo sabemos, las contradicciones propias de los intelectuales, en cierto sentido “superiores” al resto de la sociedad, los impele a ser ellos mismos y sus circunstancias. En Guatemala pareciera que el  “gregarismo” no va con ellos y ellas. (Más que todo, “ellas”). Debe tomarse en cuenta que estos son resabios de las diferencias de criterios desarrolladas en los tiempos del conflicto interno mezclados con sentimientos e ideologías propios del mismo. Resultado, la proverbial desconfianza en cualquier nueva organización de individuos.
Por lo menos, en los tres años que llevamos de existencia considero que hemos logrado: a) nuestra Personalidad Jurídica que nos avala ante el Estado y etc. b) Un congreso nacional de escritores organizado juntamente con la Procuraduría de los DDHH y la USAC., c) Nuestra primera publicación consistente en un volumen de cuentos publicado por el Centro Toluqueño de Escritores de la ciudad de Toluca, Estado de México, titulado Historias de la Pequeña Biblioteca d) Un Encuentro Interdepartamental de Escritores organizado en la ciudad de Puerto Barrios, e) la formación de nuestro Comité de Escritores Encarcelados, CEEC, que empieza a tener presencia entre los comités ídem en América Latina y  que inicia actividades propias de su índole según los manuales respectivos. f) Además quien escribe participó representando al PEN guatemalteco en la 72ª. Reunión Mundial del PEN Internacional en Berlín, Alemania en 2007 y ahora, también no sólo es enlace titular de la Asociación de Escritoras y Escritores de Centro América, ADECA sino su Coordinador General para el presente año. g) Nuestro actual presidente del CEEC, Marco Luna, participó en Bogotá, Colombia, en una reunión de los PEN latinoamericanos en el 2008 y h) Organizamos el I Certamen del Cuento Brevísimo en homenaje al escritor desaparecido por el ejército Luis De Lion que premiamos en “Manifestarte” de noviembre del 2008 y que nuevamente el Centro Toluqueño de Escritores presidido por el escritor Eduardo Osorio publicará un volumen de una selección de los trabajos presentados al certamen. Aparte de otras actividades de similar importancia como la de participar y avalar en homenajes a periodistas y escritores desaparecidos y asesinados en el pasado o denunciar algunas persecuciones y eliminaciones físicas con disfraz de accidentes o suicidios.
1.¿Qué clase de ejemplares raros se encuentran más en el PEN: poetas, escritores, editores o periodistas? Tú personalmente eres antropólogo, ¿Cómo te sientes entre poetas o escritores de ficción? ¿Piensas que esta convivencia intelectual es fructífera?
Al Centro PEN Guatemala lo conformamos escritores que no vivimos de la literatura. Para sobrevivir en el medio nos desenvolvemos de acuerdo con nuestras profesiones y oficios. Algunos somos catedráticos universitarios, otros abogados, otros sociólogos, otros economistas, otros periodistas, otros filósofos, uno que otro jubilado del Estado, etc. que tenemos como vocación la de escribir periodismo, literatura (novela, cuento y poesía), ensayos de diversa índole y otras cosas. En mi caso, soy un antropólogo que he combinado de alguna forma mis investigaciones en mi especialidad (las culturas populares, las artesanías y las danzas tradicionales) con la literatura (novela y cuento) y el ensayo. No me siento nada raro en este ambiente porque me asumo como un antropólogo escritor o escritor antropólogo, es decir la realización personal que perseguí desde adolescente. También tenemos dos editores, dueños de dos editoriales importantes en el país.
1.El escritor o el poeta, el creador o el intelectual tienden a ser vistos en nuestras sociedades latinoamericanas como seres un tanto excéntricos, vanidosos y, hasta cierto punto, inútiles. Además, por las encarnizadas luchas políticas países como Guatemala pueden ser muy represivos con sus intelectuales sean de izquierda o derecha. ¿Hay represión a la libre emisión del pensamiento en la Guatemala de hoy? Y de ser así, qué ha hecho el PEN.
Represión a la libre emisión del pensamiento como la hubo en el pasado conflictivo que vivimos desde 1954 ya no la hay, pero la existe disfrazada de varias formas. En primer lugar desde la conciencia conservadora y oligarca de los sectores en usufructo de los medios de la producción en general del país,  quienes eliminan a sus opositores por la vía del desprestigio social y político o del homicidio por accidente eliminando a su vez toda huella acusadora. En segundo lugar el narcotráfico que fomenta la violencia indiscriminada a favor de sus intereses de expansión del comercio de toda clase de drogas y estupefacientes con todo y lavado de capitales eliminando a todo aquel que se les oponga. Quienes más han sufrido estos flagelos han sido periodistas de opinión y reporteros. En tercer lugar, como todos sabemos, la libertad de expresión de escritores y periodistas tiene sus límites en el escritorio del Dueño y/o Director de los Medios de Comunicación y las editoriales. Los escritores sencillamente somos ignorados por el Estado, la Iniciativa Privada y las grandes editoriales, a no ser que momentáneamente les sirvamos de lustre publicitario cuando nos publican algo o les seamos útiles impartiendo alguna conferencia que otra. (Una especie de paternalismo literario de orden burgués y capitalista). Nuestra labor en el Centro PEN Guatemala es sistematizar nuestra lucha contra estos lastres de la sociedad guatemalteca de acuerdo con los estipulados de la Carta del PEN Internacional y de nuestra propia Carta Constitutiva.
1.Específicamente ¿Cómo perciben las autoridades al PEN? ¿Tiene, en este aspecto, algún significado la visita del vicepresidente Espada al stand de nuestra asociación en la feria del libro hace poco?
Al vicepresidente Espada le dijeron quienes éramos nosotros en el momento en que se apersonó para felicitarnos. Las visitas a los stand de la feria (FILGUA 2008) eran oficiosas al finalizar el acto de inauguración y casualmente el nuestro estaba al principio de su recorrido. Ese fue un momento que ahora se convierte en útilmente aprovechable para nuestras propagandas publicitarias desde dos puntos de vista, el del gobierno y el de nosotros. El gobierno no lo va a utilizar (ya lo hubiera hecho si para ellos nosotros les fuéramos importantes), pero nosotros sí lo podríamos utilizar en nuestro beneficio. Ya veremos cómo.
1.Existe la iniciativa de crear una revista del PEN. ¿Qué podrías decirnos al respecto?
La iniciativa de crear la revista del Centro PEN Guatemala ya es un hecho. Está en sus procesos iniciales. Apoyamos el proceso intensamente. Sabemos, eso sí, las dificultades que tal empresa representa y el grado de exigencia de nuestra  dedicación y tiempo  personal que eso significa. Tenemos el 100% de esperanza que esta empresa fructifique como queremos. Todo depende de nuestros esfuerzos en el empeño.
1.¿Cuáles, a tu juicio, son los logros de tu período al frente del PEN? ¿Qué podrías aconsejar a las próximas personas que encabecen nuestra asociación?
Creo que en mi período logramos lo fundamental, nuestra inscripción legal en el PEN Internacional y en el Estado guatemalteco. Quienes me sigan en el proyecto deberán tener si no el mismo, un mejor empeño y denuedo al tenor de la conciencia de que estamos construyendo un futuro mejor para los escritores del país. Vamos paso a paso, pero vamos.
No resta más que dar las gracias a Carlos René por esta entrevista.

*José Barrera es un escritor guatemalteco que reside en Londres.